Sí mujer, que te los has ganado, 10 minutos, sólo 10 minutos, ¿cuántas veces te habrás tragado más de 10 minutos de publicidad en la TV? ¿cuántas veces no habrás estado esperando más de 10 minutos a que el gorrino que habita en el sofá suelte el mando?¿cuántas veces no habrás estado esperando más de 10 minutos para que finalice la jornada laboral (puede que incluso 8 horas)? Debe haber miles de ejemplos de aburridísimos momentos en los que hayas desperdiciado 10 minutos.
Te pedimos que te dediques algo de tiempo, pero que te dediques de verdad algo de tiempo. Como hablamos de tiempo de verdad no te va a costar un duro pero supone un pequeño esfuerzo, tienes que acordarte de cuando leías y comprendías, puede que últimamente sólo leas como el que lee los ingredientes del champú en el váter, por distraer la mente mientras el cuerpo hace lo que tiene que hacer, sin embargo hubo un momento, en el colegio, en la universidad, leyendo alguna novela, en el que prestabas la suficiente atención como para comprender lo que ahí se decía, incluso para formarte una opinión madura sobre lo que leías.
Pues bien, cuando estés preparada, cuando tengas 10 minutos de verdad (por ejemplo, ahora mismo) disfruta de este artículo de un filólogo y filósofo español (de los buenos, por eso no lo conoces), Agustín García Calvo, el mismo tipo que aparece en la foto, publicado en El País hace… ¡25 años! Sí, sí 25 años y como resulta que lo que en él se dice no es la basura a la que nos tienen acostumbrados ni los ingredientes del champú, ocurre que está de rabiosa actualidad ¿no me crees? ¡Compruébalo!:
El fantasma del paro
Te pedimos que te dediques algo de tiempo, pero que te dediques de verdad algo de tiempo. Como hablamos de tiempo de verdad no te va a costar un duro pero supone un pequeño esfuerzo, tienes que acordarte de cuando leías y comprendías, puede que últimamente sólo leas como el que lee los ingredientes del champú en el váter, por distraer la mente mientras el cuerpo hace lo que tiene que hacer, sin embargo hubo un momento, en el colegio, en la universidad, leyendo alguna novela, en el que prestabas la suficiente atención como para comprender lo que ahí se decía, incluso para formarte una opinión madura sobre lo que leías.
Pues bien, cuando estés preparada, cuando tengas 10 minutos de verdad (por ejemplo, ahora mismo) disfruta de este artículo de un filólogo y filósofo español (de los buenos, por eso no lo conoces), Agustín García Calvo, el mismo tipo que aparece en la foto, publicado en El País hace… ¡25 años! Sí, sí 25 años y como resulta que lo que en él se dice no es la basura a la que nos tienen acostumbrados ni los ingredientes del champú, ocurre que está de rabiosa actualidad ¿no me crees? ¡Compruébalo!:
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