sábado, 23 de julio de 2011

El pueblo griego

¡Buenos días! Hemos notado últimamente (sobre todo a raíz del enésimo rescate para contentar a los Mercados, ayer de Grecia, otra vez, por un importe que ni tú ni nosotros entendemos -son cifras con las que no nos manejamos: las cifras del Capital-) que todos sabemos más de lo que creíamos de los griegos: que si los griegos son unos listos, que si son unos pícaros, que si, en el fondo, son unos vagos, que si son unos espabilaos, que si no tienen capacidad de producir lo suficiente, que si lo único que tienen son unas ruinas y los yogures (que en realidad no están tan buenos), que si así les va, que si lo mejor es que se salgan del Euro, que si tienen que quebrar… En definitiva, que son unos irresponsables. Mucho dicen, sobre todo los que saben, a través de los Medios de Formación de Masas, y luego, los que no sabemos, repetimos el soniquete, porque, ya se sabe: hay que estar uniformado, ¡uy!, digo… informado. Pero aquí, que tenemos cierto recelo hacia los Medios, porque parece que, efectivamente, se preocupan más de formar que de informar (sin ir más lejos, ayer se olvidaron de hacerse eco de varias manifestaciones en Barcelona y no del bikini de Paula Vázquez), por eso, para enterarnos un poco de si son los griegos como nos dicen los que saben –no sea que se equivoquen-, tenemos el testimonio de Helena, una niña griega que ha venido a ver la Puerta del Sol.

¡Hola Helena! ¿Cómo estás?

Helena: ¡Hola! Muy bien. ¿Por qué está esto tan vacío?

Están todos muy ocupados, pero de vez en cuando alguien se deja caer por aquí. 

Helena: Ah. ¿Y a qué jugáis?

A nada, hablamos todo el rato de por qué no nos dejan jugar.

Helena: Pues vaya rollo.
 
La verdad es que sí, un poco sí.

Helena: ¿Qué quieres?
 
Queremos que nos hables un poco del lugar de donde vienes, que nos han dicho que te gusta mucho contar cosas.

Helena: Sí.

¿Cómo vivís allí?

Helena: Pues… vivimos en un piso.

¿Una murienda?

Helena: Jajajajaja, sí, sí. Una vez, en el pueblo de papá, fuimos a ver la tumba de la abuela y vi que cada muerto tenía su casita como nosotros, un poco más pequeña, pero es normal, como los muertos no se mueven…

Sí, hemos oído hablar de eso.

Helena: Pues en mi cuarto tengo una cama de princesa, la compró mamá en el Ikea, y me da mucha pena cuando voy al cole y tengo que dejarla sola, porque me gustaría llevármela para que la viesen todos. Abayomi dice que tiene una igual, pero no me lo creo, porque sus papas son egipcios y no tienen dinero.

Ah. ¿Tenéis coche?

Helena: Sí, mamá tiene uno y papá otro un poco más grande. Lo necesitan para ir a trabajar. Bueno, papá ahora no, porque no tiene trabajo. Pero los fines de semana nos vamos al Centro Comercial en el coche.

¿Y no os vais de vacaciones?

Helena: Este año no. Dice papá que como no tiene trabajo hay que ahorrar para poder pagar la casa, bueno, la murienda, jiji. Por eso hemos venido aquí, a ver a los abuelos. Pero otros años nos íbamos a un hotel en la playa, en Voula. Una vez hice un castillo muy grande y un niño tonto me lo rompió. ¿A que eso no está bien? ¿A que no?

¡Vaya! No, no está bien.Y… ¿tenéis tele?

Helena: ¡Claro! Me gusta mucho ver los dibujos animados. Pero cuando está el Telediario hay que estar muy calladito, que si no papá se enfada ¿eh?

Vale.

Helena: No tiene culo.

¿Quién?

Helena: La tele.

Ah.

Helena: Teníamos otra, pero tenía culo, y las de culo no valen. Son viejas. La compró papá en el Media Markt.

Y… ¿hay atascos?

Helena: Sí, vaya rollo… Yo sé por qué. Ya se lo he dicho a papá, ¿por qué tenemos que ir siempre cuando va todo el mundo? A mí no me gusta estar en el coche un rato grande, un rato pequeño no me importa, pero un rato grande es un rollo.

¡Muchas gracias Helena! ¡Vete y corre! ¡Corre! Antes de que te contagiemos alguna de nuestras ideas.

Helena: ¡Adiós!

Bueno, pues sí, parece que algo de razón llevan los que dicen que los griegos son raros, raros de cojones son estos griegos, pero raros, raros. Tan raros como nosotros, diríamos, tan raros como el pueblo francés, como el pueblo turco o como el que os dé la gana. El pueblo no tiene apellidos.
El testimonio de Helena viene a confirmar que no hay Grecia, ni España, ni Somalia, ni Albacete. Que eso no son más que Ideas que el pueblo no entiende. Por eso algunos, en su lucha contra lo impuesto desde arriba, lloran cuando ven al pueblo gritar, porque han sentido que -al no tener el pueblo apellidos- ese grito es suyo también.  

2 comentarios:

  1. Veterano de Albaida26 de julio de 2011, 0:07

    Joseph E. Stiglitz, conocido perroflauta y antisistema, a la par que premio nobel de economía, interviene en el foro del 15M en el Parque del Retiro.
    http://www.youtube.com/watch?v=CGqlQS24CT4&feature=share

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  2. Acabo de ver el vídeo, gracias Veterano, parece que ha sido muy criticado este hombre porque trabajó para el FMI y demás. En todo caso, me quedo con que ve que algo no funciona y que se alegra de que la gente se mueva. ¡Algo es algo!

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