No hay dos mundos, hay uno |
¡Buenos días! Hablando por aquí y por allí, comentando lo que nos lleva a respaldar el movimiento 15M, más tarde o más temprano nos encon- tramos con la incómoda pregunta: ‘¿y por qué no hacéis un Partido Político?’ Hacer esta pregunta supone no hacerse cargo de la cuestión, o no haber entendido nada. A ver si conseguimos arrojar algo de luz.
Cuando nos preguntan esto, nos da la impresión de que el que interroga no nos presta atención –ninguna-, es como si el inquisidor estuviese viendo en la Tele algún programa atentamente, y alguien a su lado le preguntase:
- Oye, papá, y los zombis ¿tienen cerebro?
- Mira hijo, ¿por qué no te vas al cuarto a jugar con tu hermano?
O, lo que viene a ser lo mismo, ‘¿por qué no dejas de dar por saco y me dejas en paz, ¿no ves que estoy rezando?’
Pues más o menos, esto es lo que sentimos cuando nos proponéis ‘el Partido’: ‘Mira tío, deja de incordiar ya, canaliza tu ira con algún entretenimiento más o menos caro como hacemos todos, y no me comas más la oreja. ¡Ponme otra Manolo!’ Vamos, que el que hace la pregunta no se ha planteado la cuestión, es como si estuviese viendo la Tele, y le hubiésemos molestado con nuestras incómodas manifestaciones.
Otros que también arden en deseos de que el 15M se materialice –o sea que muera, que forme parte de la Realidad, que tenga Futuro; vamos que deje de ser movimiento (lo vivo se mueve), y se convierta en estaticidad (lo muerto no)-, se transforme en algo que puedan atacar frontalmente, en algo que puedan manejar, son los Medios de Formación de Masas al servicio del Estado y/o Capital. Para muestra un botón, en el vídeo que aparece a continuación vemos cómo caen dos pobres –y eso que iban bien pertrechados- en la red infinita de la araña ponzoñosa, si bien tienen tiempo de destapar alguna mentira:
Con esta breve exposición queremos señalar que hay dos formas de pretensión de muerte del movimiento, dos maneras de pedir lo mismo, dos corrientes que quieren ya el ‘Partido 15M’: la primera, accidental, fundamentada en el adoctrinamiento al que se ve sometido el Individuo en la Sociedad del Bienestar (ya vía Medios de Formación de Masas, ya vía del Sistema Educativo de Calidad), es la manera de pedir ‘el Partido’ propia del que aún no quiere ver, porque perdería la Fe; la segunda, es la manera del Régimen mismo que tiene la obligación de absorber el movimiento para acabar con él al tiempo que se perfecciona (si no puedes con ellos cómpralos). Hechas estas precisiones parece que nos encontramos en una posición adecuada para responder a la pregunta maldita: ¿por qué no montáis un Partido Político?
La respuesta es simple, y dolorosa para algunos: porque este es un movimiento contra el Sistema, no por el Sistema ni para el Sistema, es contra el Sistema. No hay otro sentido, es más, este es el sentido del movimiento, todo lo que hacemos no tiene otro sentido que este: hacerle frente al Régimen. El 15O puso de manifiesto lo evidente, que el problema es global, no local, que el mundo tercero y el primero son el mismo, que para que una pequeña cantidad vivan de miedo la mayoría tiene que mendigar entre basura, si no morir. Esto es por lo que el 15M no puede convertirse en un Partido Político, el que esto pide –quizás sin saberlo- nos ofende.
Queda claro entonces, no se trata de una subvención, de ganar Derechos, de mendigar a esta o aquella Instancia, de más o menos Democracia. ¡Tira del hilo, no te quedes en los flecos! (Esto ya lo sabes, sólo tienes que recordarlo). Se trata de derrotar el Régimen que se muestra -hoy como nunca- injusto, manipulador, cruel, devastador e inhumano:
Como en otros regímenes, pasados y presentes, el poder se ejerce contra el pueblo. Conviene recordar que la Democracia moderna no es una excepción, antes al contrario, es la forma más perfeccionada y sibilina de sometimiento. Aquí Estado y Capital se identifican, y es el caldo de cultivo ideal para todo tipo de estructuras dictatoriales: Empresas, Ministerios, ONGs, Partidos Políticos, colegios, hospitales… el funcionamiento es el mismo: Uno manda, el resto obedece.
Tomás: Entonces, ¿cómo es que la mayoría no se rebela contra ese Uno?
Hola Tomás. Pues porque ese Uno puedes ser tú, tu primo o un hijo tuyo. Esta es la mentira en la que se fundamentan las estructuras modernas de poder. El de arriba cambia cada cierto tiempo para perpetuar el Sistema, y ¿quién sabe si te puede tocar a ti? Quizás si te esfuerzas lo suficiente, si estudias mucho, si te vendes bien, si aciertas con a quién lamerle el culo… un día ese yate será tuyo.
Dejando de lado lo ruin de esta visión asumida por la mayoría alegremente (y que impide que se haga algo, que las cosas sean de otra manera), hay que destacar lo que no se dice: arriba no podemos estar todos. En la competición también están los que pierden, los de abajo, el pueblo. Sin ellos no tendría sentido la carrera, para que gane Uno, muchos tienen que perder. Y lo peor: Uno será mejor cuanto peor estén muchos. Si no hay brecha, si no distinguimos entre ricos y pobres, entre mundo primero y tercero, entre listos y tontos, entre hombres y mujeres; si no hay una escala que me permita decir exactamente cuántas veces soy mejor que tú (el Dinero), el juego no tiene sentido.
Así que esto es lo que ocurre: que por aquí abajo andamos unos cuantos, incontables en cualquier caso, que nos hemos hartado ya de jugar, y os animamos a que os suméis porque seguro que algo de pueblo os queda ;-).